El recuerdo despierta. Agua dormida
que de repente surca como un rayo,
o como el trote agreste de un caballo,
el verdinoso lecho de la vida.
Desnuda la razón, de amor herida,
en la insolencia azul del mes de mayo,
la memoria me aborda. Aunque batallo,
ya nada puede hacer mi alma vencida.
Si me habla el corazón, yo siempre fallo:
sirven de nada arnés, freno, ni brida.

Es maravilloso un poema lleno de ternura y sosiego digno de una gran poetisa .Me encanta
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Gracias. Me alegro de que te haya gustado!
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