DESDE TU NOMBRE, FANTASÍA (16 Enero 2023)

DESDE TU NOMBRE, FANTASÍA (16 enero 2023)

Ave del arcoíris,

que estrenas cada día un tono nuevo,

ciclón alado,

brillante conclusión de las estrellas

en su suave temblor de medianoche.

Sueño de agua limpia,

espuma contumaz de duermevela,

guiño ligero,

graciosa levedad en su misterio

de caminos lejanos y borrosos.

Gruta de la emoción,

gruesas paredes de historias ocultas,

granito intenso,

cuentos que se quedaron incrustados

en una geología de recuerdos.

Así te llamo yo,

así requiero yo de tu presencia,

canto tus cosas,

y te defino mientras me defines

en tu espeso infinito de ironía.

DESDE TU NOMBRE, FANTASÍA 2. EN CARNAVAL

Teatro de las esquinas,

gracejo de la calle iluminada,

mi fantasía,

desde siempre abrazada a los colores,

se hace eco del juego y de la máscara.

Chispas de olas antiguas,

yodo que vibra al sol de los milenios:

en los vestidos

se va bordando el mar, como en un cesto,

racimos nacarados de palabras.

Sencillas libertades,

días para el ensueño y el relato,

y por la noche,

la espontánea fluidez de la emoción

que se entrega en batiente algarabía.

Y así te llamo yo,

así voy envolviéndome en las plumas

del ave plena

de cromáticas vidas estelares,

que se revela en la imaginación.

EN LA OLA ENVOLVENTE (01 ENERO 2023)

EN LA OLA ENVOLVENTE (01 Enero 2023)

Qué estúpida. Qué loca. Qué valiente.

Qué arrojada.Qué poco previsora.

Qué romántica y torpe. Qué ceguera

me dejó obnubilada la razón.

Qué alma de algodón sucio y raído

para el arrastre de los sumideros.

Qué inconsciencia. Qué perdición absurda.

Qué rendición total en la batalla.

Qué tierna. Qué magnífica.Qué tonta.

Qué ingenuidad más dulce en las mentiras.

Qué distancia más larga en el camino

hacia el consuelo rancio de los necios.

Qué imbécil. Qué voraz. Qué desatino

al jugar con la apuesta a contratiempo.

Qué empeño gratuito y obstinado

en vadear los ríos imposibles.

Qué gruesa soledad sirvió de apoyo

a repentinas ráfagas azules.

Qué carencia en pétreos escalones

te empujó al vendaval. Qué pobre espiga.

Qué idiota. Qué egoísta. Qué pequeña.

Quizás, ¡qué grande!

No sé …

Qué libre en esa densa dependencia

que acristala la sombra del olvido.

Qué intensamente rico el albedrío

al sol verde y sonoro de los campos.

Qué imbécil. Qué rebelde. Qué insensata.

Qué simple. Qué compleja. Qué cercana

la fe de los enigmas de la tierra.

(Todo eso fui.

Lo sigo siendo.)

Y al fin,

sencillamente, sólo, ¡cuánta vida!