MI NIÑO Y LA SERENIDAD (Diciembre 2020)

MI NIÑO Y LA SERENIDAD (Diciembre 2020)

Respira el sueño en suavidad de azúcar,

un templado vaivén, tranquilo y leve,

lleva el tiempo con una sola muesca,

y sólo se oye paz en sus latidos.

Mil nubes blandas inundan la estancia,

y el almíbar callado de las horas

llega desde su aura sosegada,

para mostrar la vida, sin dobleces

en su pura expresión de calma tibia.

Se ha detenido el áspero contacto

de esos ruidos que agravan la calle

para dejar tan sólo, sobre el pecho,

la tierna concepción de la inocencia.

Quizás sea, sin más, el rostro inédito

de la felicidad, inesperada

y breve luz que flota en la marea,

un encuentro de ondas recogidas

en la definición de las raíces.