
AGOSTO ANTES DE LA JUBILACIÓN (Agosto 2023)
Agosto.
Agosto antiguo.
Agosto, te recuerdo en la nostalgia,
un bálsamo dorado en mi memoria,
en la parcela de mi libertad.
Aparecías como un alto el fuego,
truncando el malestar del sobresalto
del grito del reloj en la rutina,
de par en par tu puerta de horas sanas,
con tu “dolce far niente” hasta la luna.
Tus mañanas, extensas en mis manos,
oficiaban rituales en los mapas,
para dejar trazada una aventura
donde explorar Dios sabe qué senderos.
No eras un punto más del calendario.
Marcabas el final de la contienda,
en la cansada lucha del día a día.
Dividías el tiempo en dos mitades,
siendo bandera de la ensoñación.
Cuando te ibas marchando, te añoraba,
ya te extrañaba sin haberte ido,
porque sabía que al llegar septiembre,
el mundo volvería a sus penurias
cuajadas en la piel de los minutos
escritos uno a uno en un papel.
Agosto.
Agosto antiguo.
No me importaba la ardiente cadencia
de esas noches de trópico prestado,
ni los fieros mordiscos del sudor
bajo el arbitrio del mercurio vivo.
No me importaba que el viejo refrán
no acabara cumpliendo su promesa
de refrescar el rostro…
Agosto. Agosto libre.
Mi existencia de entonces compartía
tu cuerpo y tu lugar en el verano.
En este agosto
que ya no es diferente de otros meses,
echo de menos mi amor expectante
por ese agosto libre y definido,
cuando el calor grababa la señal
de ese tiempo privado que era mío.