NO VOLVERÉ A ESCUCHAR VERSIÓN I (23 Diciembre 2023)

Bolero homenaje al género que ha sido nombrado Patrimonio de la Humanidad.

NO VOLVERÉ A ESCUCHAR MÁS CANCIONES DE AMOR (Marzo 2016)

RENOVADA DICIEMBRE 2023

(Introducción instrumental)

No volveré a escuchar

más canciones de amor:

oírlas me recuerda

todo lo que he perdido,

la complicidad tenue

de las tardes al sol,

y el tacto de la espuma

callada en un suspiro.

No volveré a escucharlas,

me envuelven en dolor;

son espinas que gritan

dentro del corazón.

No volveré a escuchar

más canciones de amor,

a menos que las cubran

las hojas del olvido.

(Instrumental para guitarras, acordeón, flauta, y percusión)

No volveré a escuchar

más canciones de amor:

Hacen sentir que el tiempo

es un cuenco vacío;

me dicen que la vida

rodando se escapó,

que al final me he quedado

sin encontrar mi sitio.

No volveré a escuchar

más canciones de amor.

Me empujan hacia el frío

de las puertas cerradas,

me cuentan que en el cielo

el día se apagó,

y dormirse en los versos

ya no conduce a nada.

(Instrumental)

LOTERÍA MILAGROSA. UN CUENTO DE NAVIDAD (Diciembre 2023)

LOTERÍA MILAGROSA UN CUENTO DE NAVIDAD

 Esta pequeña y muy curiosa historia está basada en hechos reales. Fue hace unos 20 o 25 años, no lo sé decir con certeza, cuando en un programa de televisión presentaron una entrevista a un alto cargo representante de Loterías y Apuestas del Estado. Esta persona estuvo comentando anécdotas relacionadas con el sorteo de Navidad del 22 de diciembre, y entre ellas, hubo una que me llegó al corazón y que se me ha quedado grabada para siempre en las entretelas de la emoción y el sentimiento.

 Esta persona importante en la institución de Loterías comentaba que todos los años recibían montones de cartas de todos los puntos del país e incluso del extranjero, algunas de ellas increíblemente peregrinas en su contenido.

 Entre las susodichas misivas, le llamó poderosamente la atención una carta que habían enviado unas monjitas de un pueblo perdido de Huesca, creo recordar, en la que las monjas exponían su precaria situación, al borde de la miseria total, con sus humildes instalaciones a punto del derrumbe, y sus alacenas en el más absoluto vacío.

 Se encontraban a cargo de unos 15 ancianos dependientes, pobres, y dolorosamente solos en el mundo, a quienes no iban a poder seguir cuidando, porque el convento se les caía a cachos. Las monjas ya no tenían nada que vender y no disponían del dinero necesario para comprar los ingredientes precisos para sus dulces, su único medio de vida.

Les era imposible poder continuar con su labor de cuidadoras, ni siquiera podían subsistir ellas mismas. Se habían gastado lo poco que les quedaba en cinco décimos de lotería de Navidad, y su petición en la carta no era otra que suplicar a los encargados del sorteo que les concedieran algún premio para poder salir de la indigencia total en la que caerían sus viejecitos sin remedio alguno. Con los décimos en cuestión, se habían encomendado a un Niño Jesús, talla del siglo XVII, que custodiaban celosamente en el convento.

 El funcionario de alto rango que había recibido la carta, se sintió muy conmovido, pero era consciente de que nada se podía hacer, pues el sorteo está fuertemente controlado y vigilado, y se lleva a cabo en público. Sólo el azar decide quién será agraciado con el capricho de la fortuna.

 Un par de semanas después del sorteo, el alto funcionario del organismo de Loterías volvió a recibir una carta de las monjitas. En ella, agradecían hasta el infinito la ayuda que se les había prestado, pues les había tocado el segundo premio, y con cinco décimos, la cantidad bastaba para solucionar durante mucho tiempo la situación del convento y los ancianos. El funcionario se quedó de piedra al enterarse de la maravillosa noticia, en la que por supuesto, no había tenido nada que ver.

 En ese momento, con el corazón anegado por una extraña sensación de fe que no conocía y que nunca antes había experimentado, respondió a las hermanas diciendo que ni él ni su organización habían influido para nada en los designios de los bombos, y que si tenían que agradecérselo a alguien, ese sería sin duda alguna, su precioso Niño Jesús.

UNAS NAVIDADES MUY DIFERENTES (Diciembre 2023)

UNAS NAVIDADES MUY DIFERENTES  (DICIEMBRE 2023)

 Era la primera vez que viajaba a un país musulmán. A pesar de la cercanía del país, por circunstancias, nunca se me había ocurrido visitarlo, ni tampoco había aparecido ese momento oportuno, o mágico, o como se le quiera llamar, en el que decides abrir tus ojos hacia otros mundos, por razones muy diversas que no vienen al caso.

 Fue allá por el año 1994, precisamente durante la Navidad, justo en el punto temporal que resultaba ser crucial en mi vida, una fecha roja que sellaba un antes y un después en toda mi existencia hasta ese momento.

 Aun siendo consciente de la teoría sobre la diferencia religiosa, la imagen plasmada en la realidad fue mucho más impactante de lo que había esperado. Nada más pisar la Estación Marítima magrebí, el aspecto desangelado y desprovisto de color que captaron mis ojos, chocó de repente con la iluminada escena de la Estación de Algeciras, de donde había partido hacía sólo una o dos horas. Allí, en la amplia zona de embarque española, había podido contemplar un inmenso árbol adornado con parpadeantes luces de colores, espumillón y toda clase de figuritas colgantes, como angelitos, bolas brillantes, pequeñas cajas de simulados regalos, envueltas en papel dorado… Bajo el árbol, un hermoso Misterio del Nacimiento mostraba el clásico portal anunciado por la Estrella de Belén, con la Virgen María, San José y el Niño, flanqueados por la mula y el buey. Y todo el recinto se presentaba engalanado con cintas centelleantes, figuras de Papá Noel, campanillas, y otros distintivos propios de la Navidad. Por supuesto, en el ambiente, cargado de personas ansiosas por la celebración, sonaban villancicos de todas clases, desde los tradicionales hasta los importados. Y yo casi ni me había dado cuenta, por lo rutinaria que podía parecer la imagen en las fechas navideñas.

 En cambio, el choque fue total al llegar a aquellas instalaciones donde no había ni un solo adorno, ni una sola señal de celebración de la Navidad. Era lógico, claro, era de esperar, sin duda, pero no por ello menos asombroso o menos sorprendente. Por un instante me sentí fuera de sitio, pues había pasado en un rato de la atmósfera brillante y festiva de la celebración, al oscuro y triste escenario de un día laborable cualquiera.

 Nuestro amigo Said, que nos esperaba para recogernos en la Estación Marítima, leyó el desconcierto en nuestros rostros, y se apresuró a explicar que allí no se celebraba la Navidad, naturalmente, pero sí el Año Nuevo, en el que las familias se hacían los presentes de rigor, y que por ello la entrada de año constituía para los niños la noche de mayor ilusión. Si observábamos en algún lugar signos de celebración, escasos, pero visibles en algunos puntos, estaban ahí para festejar el Año Nuevo, una fiesta neutra, que no conlleva nada relacionado con la religión. Nos advirtió de que no preguntásemos a nadie por la Navidad, porque a algunos les podría parecer ofensivo o insultante.

 Aquella visita fue muy instructiva. Resultó ser una experiencia de esas que te hacen aprender lo relativo de las cosas y cuán borrosos pueden llegar a ser los límites de las verdades.

DE LOS RETORNOS IMPOSIBLES (2004)

De los retornos  imposibles

LA MOSCA (I) (En La Pinta en 2004)

En un instante soy como una mosca

diminuta y extraña, sin un nombre,

una presencia que nadie contempla,

espacio inadvertido entre las voces.

En un instante mi tiempo se fue

y ahora que lo sé, ya no hay remedio;

todo puede curar, menos la herida

que asestan los relojes en el cuerpo.

Ese es el modo en que llega la muerte,

que ataca a la materia con sigilo,

va ajando cada huella de tus dedos,

deteriora tu sangre y tu destino.

Poca cosa es el alma en esta lucha,

y nada es lo inmortal contra la carne,

nada el empeño de todos los pasos

que cruzaron el viento hacia delante.

Me he mudado la piel en la de insecto:

pues tú ya no me ves, no me ve nadie.

Me borraron del mundo sin piedad,

me han despojado del rostro y del aire.

No existiré, sin más, por este amor

de amanecer cuando cae la tarde.

Contra el tiempo pequé, y mi condena

me aleja de las líneas de la imagen.

Año 2004

NÚMEROS (II) 

Cuando se esperan números abiertos

la línea de la noche se hace nítida,

se olvida que hay destinos perfilados,

y que el mundo no es más que un punto fijo.

Cuando hay gestos que quedan en suspenso,

como en una oración, como hacia arriba,

se olvida que el camino está trazado,

y nunca hay un regreso hacia la carne.

Son todos los retornos imposibles

que nos dejan exhaustos, sorprendidos,

enfadados, en fin, ante los números

que a cada paso cierran con mil llaves

la proyección de estelas de cristal

que se nos va cayendo en el camino.

Año 2004

NAVIDAD EN LA DISTANCIA (Diciembre 2023)

NAVIDADES EN LA DISTANCIA (DICIEMBRE 2023)

En Oriente, una vez hubo un lugar

por la luz de una estrella coronado

donde un refugio humilde fue encontrado

para Aquel que este mundo iba a salvar.

Dicen que una envolvente claridad

anunció por los campos la venida

del Niño que trazó para la vida

una eterna lección de humanidad.

Desde entonces, ese acontecimiento

se reescribe en un gozo milenario

que pinta de color el calendario,

festejando la Flor del Nacimiento.

Bolas, espumillón y algarabía,

calles engalanadas y balcones,

panderetas, zambombas y canciones

marcan la Navidad y su alegría.

Mas, para mí, en cambio, se ha borrado

todo aquello, de pronto, en los espejos:

y aparecen las sombras a lo lejos

de un destello fundido en el pasado.

Porque ahora, las luces de la infancia

se han quedado a remolque del recuerdo,

en una masa azul en que me pierdo

por la amorfa inquietud de la distancia.

Y lo que para otros resplandece

como celebración de eternidad

es para mí una oscura soledad

que en todos los diciembres reaparece.