DE PRONTO, ÉRASE UNA VEZ (Julio 2024)

DE PRONTO, ÉRASE UNA VEZ

De pronto, érase una vez:

mi  evocación suma, quieta,

las capas que en la maleta

amontona la vejez.

¡Cómo brilla en el paisaje,

teñido de suave añil,

el regocijo infantil,

memoria en el equipaje!

Días felices, lejanos,

de calores y mangueras

salpicando las aceras

en la luz de los veranos.

Con el relieve constante

de la música en la casa,

las fechas corrían. Pasa

la niñez en un instante.

Mi madre en su eterno empeño

de quehacer en la cocina,

colgaba en alguna esquina

el halo vago de un sueño.

El crucigrama mostraba

en el papel su misterio,

y mi padre absorto, serio,

palabras escudriñaba.

Universos descuadrados

entraban por la ventana,

mas, todavía mi hermana

tenía sueños guardados.

Todos los que ya se han ido

con la sonrisa bien puesta,

alrededor de la siesta,

al blanco albur del olvido.

Fueron al alba, temprano,

la niebla en sus pies, en calma:

se queda callada el alma

con la maleta en la mano.

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