EL HOGAR (Junio 2016)

Cajón

 

EL HOGAR  (Junio 2016)

 

Esta casa que una vez llamé hogar,

se está quedando al borde de los huesos.

Los cajones, en madera desnuda,

miman las huellas de las telarañas,

y suman más empeño en silenciar

los susurros dolientes del espacio,

celosamente anclado en sus raíces.

 

Me voy llorando con los ojos mustios,

impregnando de sangre las paredes,

con tres cuartos del alma derretidos

por el suelo y las capas del colchón,

sellando las rendijas y los muebles

con una llamarada de presencia,

como las tumbas de las catedrales.

 

Aquí se queda el eco de mi nombre

cual cauce venerado de leyenda

que el nudo persistente de los años

talló con fundamentos de hormigón,

y aquel rostro que fue feliz un día

se queda cincelado en cada estancia

al aroma infinito del recuerdo.

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