COPA DE MAR Y MONTAÑAS

COPA DE MAR y MONTAÑAS

El viento  del ocaso es un milagro,

el mar se vierte en una copa al fondo,

y mientras tanto, las hermosas moles,

suaves en la luz que se retira,

parecen al alcance de la mano,

con sus picos tan cerca que uno siente

que puede hablar con Dios en voz muy baja.

El adiós se me cae por el alma,

no quiero irme de esta blanca altura…

Quiero llevarme la abrupta silueta

que serpea en el lienzo de los montes,

quiero el rumor del viento acorazado,

quizás oler la azul y húmeda niebla

donde las gaviotas se deslizan.

Quiero dejar el cuadro suspendido,

como un pequeño sueño que se cumple,

y quiero las imágenes magníficas

en el álbum dorado que conservo

para el día del alba cegador,

cuando atraviese túneles de agua,

y ajuste mi memoria y mis sentidos

a los colores básicos del  mundo.

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