UN TERCIO
La sensación del nacimiento nuevo
no deja ver las lindes del camino
que fue quedando atrás, como la espuma
del sueño evaporado de los lunes.
Parece que la vida aún está entera,
mas en la realidad tiene mordiscos
grandes, como las palmas de las manos,
y lo que va sobrando no es ni un tercio
de la esfera perfecta del principio.
No quiero ni pensar en las paredes,
y prefiero creer en la inconsciencia,
suponer que los años son más largos,
y respirar despacio las auroras.