LA NIÑEZ DE LAS MANGUERAS (Agosto 2020)

Hallé otra vez la libertad del agua,

su frescor reforzado en el paisaje

de la altiva montaña del verano,

(fina humedad, como un visillo al viento,

un arcoíris de calima al frente).

Y entonces la niñez, su juego antiguo

en la temperatura desbordada,

se coló por los surcos de las gotas,

como en aquella infancia desprovista

de caprichos ajenos y costosos,

(los chiquillos batidos en la flama

agresiva del basto sol de julio):

Siento el acuoso canto de los grifos

que entonces bosquejaba fantasías

y planes al alcance de los pobres,

(los mitos de la playa tan distantes

como un sueño de vaho, piel de trébol

en la ruin lotería del reparto).

¡Qué agua tan hermosa y esperada

en aquellas carencias indomables!

¡Cuánta felicidad en la escasez

y en la magia infantil del vidrio vivo,

a pesar del vacío de las huchas

y de la frustración de los mayores,

sudando el equilibrio de su esfuerzo,

mas sin su recompensa de justicia!

¡Cuánta alegría gratis en el patio

que iba oleando a ritmo de manguera

los bañadores raídos de los niños

al libre chorro de las vacaciones

y el barrio inmerso en la agreste canícula!

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