IMÁGENES, LOCURA (Marzo 2016)
A veces te veo
aquí en mi cabeza,
sin querer te invento
en un beso amargo:
te miro con ella
cruzando las calles,
igual que anteayer
andabas conmigo.
Mi mente se vuelve
un monstruo huidizo,
que escapa de mi alma,
fuera de mi alcance,
y exhala delirios
como hielo abrupto,
sin que mi razón
pueda contenerla
en su ciego empeño
de esculpir historias.
La imaginación
clava despiadada
sus dientes de fuego
en mi piel vencida,
y no queda un resto
de cordura a salvo
de la astuta imagen
que se cuela adentro
con grave sigilo,
buscando arrasar
con tóxicos cuadros
la pared sellada
de todo el recuerdo.
Veo oscuros cuerpos
robándome años,
imitando ritmos
de agrio esperpento
que una vez bailé,
e intento tachar
moviendo las manos
e hincando las uñas,
esa turbulencia
de imagen podrida
que emana cuchillos,
para así cerrar
párpados de aire
y no ver sus formas,
con la angustia a chorros
y gritos tapados
soltando en mis sueños
ríos de dolor.
No quiero ver nada.
Quiero atar mi mente
con hilos metálicos,
no quiero dejarla
volar al infierno,
no quiero ventanas
donde ver sus risas,
ni sus besos fáciles
y hondos en las noches.
No quiero mirar
con el alma rota
sus brazos trenzados
bajo el sol atento.
Quiero que se sequen
todas las pinturas,
que mi mente cierre
sus ojos de agua,
que llegue la limpia
puerta del olvido,
para no ver nunca,
loca, esos fantasmas.