EN CASA
Es como estar en casa, haber llegado,
simplemente volver un día más,
como no estar ausente ni un momento,
como una cuerda fija en la azotea,
con la ropa de siempre abierta al sol.
No hay tiempo de por medio, ni agujeros
irrumpiendo en el aire cotidiano,
no hay espacios sembrados de negrura,
ayer, tan sólo veinticuatro horas;
el mismo aroma, los mismos abrazos,
la misma calidez de tierno hogar.
Mas, allá abajo, encima del planeta,
hay una historia rota por el centro,
con el papel fruncido por el barro,
y los nombres quebrados en la esquina,
con unas dimensiones mensurables
en las medidas drásticas del mundo.
Sólo desde aquí arriba, desde el polvo
de las estrellas libres de los números,
se puede ver plantado en un cometa
el rostro conocido de la cal
y el calor familiar que da contorno
a un borroso refugio en la galaxia.