DORMÍAS (MAYO 2019)
Dormías.
Dormías tras la puerta, en el silencio,
y la razón del mundo se volvió
una grave y metálica pregunta,
que rechinaba encima de los nervios
ardiendo como un astro sin su órbita,
en medio de una espera insoportable.
Dormías.
En la densa quietud de lo recóndito,
sin huellas ni ruido de ajetreo,
se escondía el camino de la sangre
en su críptica imagen congelada,
y el miedo se adueñó de las paredes,
intentando buscar una señal
en mitad de un momento sobrehumano.
Dormías.
Dormías, y la angustia decidió
precipitar el sol en la respuesta,
comprobar la certeza de los huesos
y las leyes de la temperatura,
para saber que estabas ahí, durmiendo,
y no en ese lejano hielo antiguo
donde la más cruel oscuridad
se hace con la verdad de cada célula…
Y entonces agité con suavidad,
medida precisión de cirujano,
la sábana clavada en laberintos,
y una tenue evidencia de aire claro,
con su ir y venir de los pulmones,
abrió la aurora al fin, de par en par,
para ver, solamente, que dormías.
Dormías, nada más. Allí. Aún.
Precioso querida Virginia, lleno de sensibilidad y elegancia.
Un fuerte abrazo⚘
Me gustaMe gusta
Gracias!! A mi hijo le han detectado una anomalía cardíaca. De ahí el miedo…
Me gustaMe gusta
Cuánto lo siento Virginia, espero que todo se arregle, sé que no hay nada más doloroso que un hijo.
Ánimo y un fuerte abrazo querida amiga💖
Me gustaMe gusta
😘😘
Me gustaMe gusta