TE HE ECHADO DE MENOS, TE ECHO DE MENOS (Marzo 2016)

TE HE ECHADO DE MENOS, TE ECHO DE MENOS (Marzo 2016)

 

He mirado un álbum

con tu alma dentro,

rebosando días

de colores tersos,

cuando en las colinas

de pasos intensos,

asomaban luces

en claros senderos,

con ramas brillantes

y la tez al viento.

Y ahí en ese instante,

te he echado de menos.

 

Azules que gritan

al verano inmenso

coronan las horas

de un arroyo suelto,

y nuestras sonrisas,

cristales de fuego,

centellean alegres

por el fondo espeso,

con un resplandor

pegado en el centro.

Y ahí en ese instante,

te he echado de menos.

 

He tocado un árbol

en el papel quieto,

allí están guardados,

en el campo eterno,

el roce encendido

de los amplios besos,

y el amor salvaje

de los vivos cuerpos,

sin más atadura

ni más aderezo

que la piel temblando

en el aire fresco.

Y ahí en ese instante,

te he echado de menos.

 

 

Cuando el sol me dice

que llegó el momento

de abrir las ventanas

hacia el día nuevo,

no quiero mirarlo,

no quiero saberlo,

de nada me sirve

que me apunte el cielo

una marca más

en mi reloj viejo.

Nada hay por delante

más que nombres secos,

me sobran las horas

llenas de silencio:

Mi voz salta a veces

al aire perfecto,

y sólo recibe

el golpe del eco.

La noche se cae

por su manto negro,

carga su vacío

con carne de sueño,

y deja mis ojos

gravemente abiertos,

palpando el espacio

como un bosque enfermo.

No puedo  negarlo:

Te echo de menos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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