¡POBRE CASTILLO VIEJO! (Agosto 2017)
¡Ay, pobre castillo viejo,
con sus almenas vencidas,
grietas sangrando, calladas,
cuajadas de flores vivas,
los escalones gastados,
mirando siempre hacia arriba,
al cielo encendido y vasto
que fue su corona altiva!
Fortaleza desahuciada
donde las aves habitan,
silueta que el tiempo agosta
con sus manos mortecinas,
para robarle el aliento
a las piedras aún erguidas,
y así empujarlas cruelmente
al abismo de las ruinas.
Tú, pobre castillo viejo,
te suturas las heridas
con los árboles del páramo
y un soplo de fuerza antigua,
para apuntalar los restos
de la torre casi extinta,
y recoger, como un libro,
aquella historia perdida,
que te duele allá en el foso,
y en la erosión de las tibias
cadenas que fueron puente,
y ahora, al viento se oxidan.
En el tapiz de la tarde,
el castillo viejo grita,
dibujando penas solas
con silencios de ceniza.