FRENTE A LAS MONTAÑAS (24 Febrero 2020)

FRENTE A LAS MONTAÑAS (24 Febrero 2020)

ATARDECER B

El atrevido azul, casi guerrero,

se puede masticar. Calla la tierra,

y sólo el aleteo repentino

de las palomas en la chimenea,

o algún leve trinar entretejido

con lejanos ladridos por la espesa

anatomía del verde horizonte,

rasga el silencio agudo de la sierra.

Aquí y allá, los cencerros señalan

el tranquilo pastar de las ovejas,

y algún gallo pregona su legado

como un paje del sol entre las hembras.

Un olor desde el campo se desliza

por las paredes blancas y las tejas,

y en su empeño se une a las volutas

grises y caprichosas de la leña:

es el ocaso que se asoma al frío

que empieza a recorrer calles y sendas,

y mientras las ventanas aparecen

en un tapiz cuajado de luciérnagas,

si algo quedaba aún del ajetreo,

la tarde lo apaga y cierra las puertas.

El tiempo se duplica aquí, se extiende

como las sábanas en la azotea;

las horas ríen ociosas en la fuente,

y el día circular, su sombra acuesta.

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